Israel mantiene desde hace décadas una política de ambigüedad nuclear, sin confirmar ni negar oficialmente la posesión de armas atómicas.
Un secreto a voces
Desde hace más de 50 años, Israel mantiene una política de ambigüedad respecto a su supuesto arsenal nuclear. Nunca ha confirmado ni desmentido oficialmente su posesión, lo que ha generado un enigma geopolítico sin resolver. Sin embargo, numerosos informes de inteligencia y testimonios de exfuncionarios indican que el Estado judío posee entre 80 y 200 ojivas nucleares, ubicándose como una de las potencias nucleares no declaradas del mundo.
El origen del misterio
Los inicios del programa nuclear israelí datan de la década de 1950, con el apoyo inicial de Francia para la construcción del reactor de Dimona, en el desierto del Néguev. A partir de ahí, Israel habría desarrollado tecnología capaz de fabricar armas nucleares. En 1986, el ex técnico Mordejái Vanunu filtró detalles confidenciales a la prensa británica, confirmando la existencia del programa nuclear. Fue arrestado y condenado en Israel por traición y espionaje.
¿Cuántas armas tiene Israel?
Aunque Israel nunca ha realizado una prueba nuclear oficial, la mayoría de los expertos internacionales coincide en que el país dispone de un arsenal significativo de cabezas nucleares. Se estima que tiene capacidad para lanzar armas atómicas desde misiles balísticos Jericó, submarinos clase Dolphin e incluso aviones de combate F-35.
El Instituto de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI) calcula que Israel posee actualmente alrededor de 90 ojivas nucleares listas para ser utilizadas si el país se sintiera amenazado en su existencia.
Razones de la ambigüedad
¿Por qué Israel no reconoce ni niega su arsenal nuclear? La estrategia, conocida como "opacidad nuclear" (amimut), tiene un propósito claro: disuadir a sus enemigos regionales sin provocar una carrera armamentística abierta en Medio Oriente. La ambigüedad también permite a Israel evitar sanciones internacionales y no firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), manteniéndose al margen de las obligaciones legales que ello implicaría.
Los líderes israelíes han justificado esta política como esencial para la supervivencia del Estado, rodeado históricamente por naciones hostiles. "Israel no será el primero en introducir armas nucleares en la región", es la fórmula diplomática utilizada repetidamente por sus gobiernos.
Consecuencias regionales
La opacidad nuclear de Israel ha generado tensiones con países como Irán, que considera esta situación como una amenaza directa a su seguridad nacional. Este argumento ha sido utilizado por Teherán para justificar su propio programa nuclear, sospechoso de tener fines militares.
Por su parte, Egipto, Arabia Saudita y otros Estados árabes han denunciado la falta de equilibrio en la región, exigiendo que Israel se adhiera al TNP y permita inspecciones internacionales de su programa nuclear.
Posibles revelaciones futuras
A pesar del hermetismo, varios documentos desclasificados en Estados Unidos sugieren que Washington es plenamente consciente del arsenal israelí, aunque respeta su política de ambigüedad. Algunos analistas sostienen que, en caso de un conflicto existencial, Israel podría romper su silencio y declarar oficialmente su poder nuclear.
Sin embargo, mientras no existan cambios drásticos en la situación geopolítica de Medio Oriente, es probable que Israel mantenga su estrategia actual, considerada por sus estrategas como un factor clave para su seguridad nacional.
